Erase una vez ...
una mujer llamada Penelope.
Penelope tenia un misterio y es que a cada anochecer se iba a lo alto de la torre, y se instalaba al lado de la ventana que daba frente al mar y allí pasaba noche tras noche, tejiendo y volviendo a tejer. Durante el dia procuraba llevar una vida normal, dedicándose a sus labores y al cuidado de los suyos. Se dice que durante veinte años Penelope no durmió, ya que cada noche tejía esperando a que Ulises volviese de su gran viaje.
Era extraño, pues a pesar del tiempo que pasaba no se veía por su rostro ni por su cuerpo marcas de su paso, seguía teniendo la misma mirada inocente y melancólica y la misma tez morena. Sin embargo algo le iba creciendo en el pecho, día a día, y era la tristeza que sentía en su interior al saberse separada de Ulises y no tener noticias de él.
Una noche mientras Penelope tejía miro por la ventana y vio centellear una luz en el horizonte. Dejo la labor y salio corriendo hasta el puerto, tenia la esperanza que ese barco que llegaba desde lejos le devolviese a su Ulises. Sin embargo su decepción fue muy grande al ver que ninguno de los viajantes era su amado.
Se quedo a la orilla del mar hasta que volvió a amanecer y en ese momento decidió que seria ella quien fuese al encuentro de su destino.
Penelope esa mañana volvió a la torre, preparo su equipaje y regreso al puerto, pregunto a los marineros que estaban en el lugar que barco la llevaría hacia el Este, le indicaron el barco mas pequeño y desarrapado de los que estaban en aquel embarcadero ... trago saliva y subió en él. La escasa tripulación a penas si hablaba su idioma y el resto de pasajeros eran también extranjeros.
Se sentó en la cubierta, preguntándose como seria su viaje y si volvería a encontrar a su Ulises ...
Mademoizelle V.